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ME APUNTO
Cómo superar el perfeccionismo y ser productivo

Cómo superé el perfeccionismo para ser productiva

¿A veces quieres hacer las cosas tan bien que te cuesta darlas por terminadas y sacar el trabajo adelante?

Hoy quiero compartir contigo algo de mi propia experiencia que he vuelto a descubrir en las últimas semanas.

Estoy preparando el lanzamiento del Programa Atracción Online. Por cierto, si quieres más información, puedes ir a AtraccionOnline.com. Allí hay toda la información sobre el curso y, si quieres, puedes apuntarte a la lista de espera. Las personas que estéis en la lista de espera tendréis un descuento especial.

Bien, estoy preparando el lanzamiento de esta segunda edición de Atracción Online. La primera vez fue en directo. Yo hacía las clases a través de internet para los alumnos que estaban apuntados al curso. Y esta segunda vez va a ser con vídeos cortos pregrabados que estarán dentro del área de alumnos.

Y ahí viene el problema para mí. Como van a ser pregrabados quiero que salgan perfectos, o como más bien mejor.

Y eso es lo que me lleva a veces a lo que llaman perfection paralysis, o sea, la parálisis de la perfección, querer revisar, rehacer las cosas, mirarlo una y otra vez y volverlo hacer mejor cada vez y nunca lo doy por bueno.

Y también me lleva a veces a pensar que hasta que no esté perfecto no lo voy a liberar o que no me voy a poner a hacerlo hasta que crea que pueda hacerlo perfecto.

O sea, me lleva a la procrastinación. Lo dejo para mañana o para la semana que viene, porque hoy no es un buen día, porque hoy no tengo la voz muy bien o porque hoy no me siento inspirada.

Todo eso hace que me esté retrasando de las fechas en las que yo quería hacerlo. Porque tanto perfeccionismo hace que al final no saque el trabajo adelante.

Dale al play y te cuento cómo he acabado gestionando esto para superarlo.

 

Sé que a muchos emprendedores nos pasa esto. Es cierto que tenemos que hacer las cosas cuanto más bien, mejor, porque al final es nuestro negocio, queremos que nos compren, que nuestros clientes estén contentos y queremos hacer el trabajo lo más bien posible.

Pero llega un punto que el querer hacerlo tan bien te está frenando, te está paralizando. Lo que te decía de la parálisis de la perfección.

En concreto quiero hablarte de lo que me pasó a la hora de grabar los vídeos. Lo primero que hice fue crearme para el primer módulo un guión escrito en Word. Pero un guión con todo detalle, tal cual como yo quería decir las cosas. Porqué pensé que, ya que lo iba a grabar, no quería dejarme nada, poner todos los ejemplos, decir esta palabra exactamente y no esta otra. Lo escribí todo tal cual lo quería decir.

Luego, a partir de ese texto creé unas diapositivas y después la idea era grabar sobre las diapositivas la voz, pero con el texto exacto que tenía en el documento de Word.

Pues bien, aunque pensándolo parecía muy buena idea porque así quedaría perfecto y luego yo explicaría con las palabras justas lo que quería explicar e idealmente eso era lo mejor, a la hora de grabar se me hizo muy difícil y el módulo uno me costó mucho.

Porque coordinar lo que yo tenía escrito con las diapositivas, saber cuándo tenía que cambiar y además poderlo leer todo de forma natural, que no se escuchara robotizado, se me hizo todavía más difícil y tardé mucho en grabar los vídeos del primer módulo. Precisamente, por querer hacerlo tan bien, eso me dificultó el trabajo.

Entonces, en vez de hacerlo así, para los siguientes módulos me dije: “Mira, yo ya sé lo que quiero explicar, ya lo expliqué en la primera edición. Voy a partir directamente de crear las diapositivas y luego voy a grabar sobre ellas, pero improvisando en el momento.”

Tampoco improvisaba mucho porque las mismas dispositivas me iban marcando lo que tenía que explicar. Pero no lo tenía frase por frase, no tenía que decir las palabras exactas y se me hizo mucho más fácil. Grabé de forma mucho más fácil los siguientes módulos que el primero.

Esto mismo es lo que también me pasa para grabar estos vídeos que hago para Youtube y para el blog. Me he dado cuenta de que cuanto más me los preparo, cuanto más largo es el guión y más concreto, más me cuesta luego grabarlos y más tengo que repetir las tomas, precisamente por querer decir exactamente eso que tenía apuntado.

Pero la semana pasada grabé un vídeo de 12 minutos, que creo es el más largo que he hecho en mi vida, y lo hice sin prepararme absolutamente nada. Yo sólo sabía lo que quería explicar, encendí la cámara y me puse a hablar.

Si lo quieres ver, es el vídeo que se llama Cómo me organizo el día. 4 estrategias para ser más productivo.

Sabía que quería explicar cómo me organizo el día, pero no sabía ni siquiera cuántas estrategias iba a explicar. Fue lo que me salió sobre la marcha. Al final salieron 4 estrategias y luego le puse ese título.

Quizás te preguntas “¿Cómo puedes enrollarte tanto, si ni siquiera te lo has preparado?” Precisamente me salió así, y creo que quedó bastante bien, porque lo que hice fue simplemente explicar esas estrategias como si se lo explicara a una amiga.

Yo sé lo que hago en mí día a día y lo expliqué. Sí que es verdad que cada estrategia la hice en una toma, pero no tuve que repetir ninguna.

Y de hecho es lo que me está pasando también con éste vídeo que estoy grabando hoy, que es un poco “a las bravas”. Pero es más natural y de ir explicando cómo hago las cosas que el ir pensando, repitiendo y queriendo decir las cosas demasiado exactas.

O sea, que al final es más fácil cuando haces las cosas de forma natural, dejarlas fluir como salgan en ese momento y no querer hacerlas tan y tan perfectas, porque eso te coarta, te limita, te hace ser más rígido y que no des nada por bueno.

Muchas veces bien es mejor que perfecto. A veces hay que dejar de revisar y darlo por bueno y estar conforme con que no esté perfecto. Así evitarás eso que te decía de la parálisis de la perfección y la procrastinación, el querer esperar a mañana para hacerlo o cuando tengas no sé qué recursos. Porque si no, se te van a ir retrasando los proyectos y no sacarás nada adelante.

Y si no terminas las cosas no las puedes vender y luego no cobras. Lo importante es sacar el trabajo adelante.

Si te ha gustado esta estrategia, compártela en redes sociales. Y si conoces otras formas de afrontar el perfeccionismo, déjame un comentario aquí debajo y así entre todos nos ayudamos.

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