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La dieta para ser más feliz y productivo

La dieta para ser más feliz y productivo

No suelo ver la tele. Aunque no haya sido una decisión deliberada, la televisión no es una prioridad para mí.

Tengo un hijo pequeño y trabajo. No me sobra el tiempo. Y las pocas veces que está el televisor encendido es para poner alguna película o serie de dibujos animados, en inglés, eso sí, para que vaya pillando. Pero bueno, eso es otro tema.  

Lo que te quería contar es que como no veo la tele, no veo las noticias y, por lo tanto, no me entero mucho de la actualidad, dijéramos. Si es algo muy importante, me acabo enterando igual, pero unos días más tarde, cuando lo veo en Facebook o me llega alguna bromita por Whatsapp. Y entonces digo: “Ah vale, que ha pasado esto”.  

Ya sé que soy un bicho raro, porque “hay que estar informado” y sobre todo de la política, faltaría más.

 

Pero es que, como he dicho, todo esto no es una prioridad para mí.

Ya sé que pasan muchas cosas importantes en el mundo. ¿Pero son importantes para mí? Suficiente tengo con mi día a día y resolver mis problemas, como para preocuparme y ocupar mi tiempo y mi mente con asuntos sobre los que no puedo hacer nada.  

Hace unos días me llegó un mensaje de esos que se reenvían a través de Whatsapp sobre el referéndum que se va a celebrar (o no) el próximo 9 de noviembre (2014) en Catalunya. Ya digo que más o menos estoy al tanto de como está el asunto por lo que me cuentan otras personas y por las redes sociales, pero como no entendí muy bien el mensaje pensé: “Hoy voy a mirar las noticias a ver si me entero de si votamos o no”.

 

 

¡Pues ya la fastidié!  

Con el pack de las noticias del tema político en Catalunya también venía la noticia de las tarjetas en B de Caja Madrid que tenían políticos de todos los partidos, la inundación del AVE en Girona (de esto también me había enterado unos días antes por Whatsapp), el contagio de la auxiliar de enfermería por el virus del ébola y la guerra en un país de Oriente Medio, que ahora no tengo claro cuál era porque cambié de canal (una cosa es que te cuenten la noticia y otra que te obliguen a ver según qué imágenes y sin avisar). Esta última noticia se ve que era menos importante porque la pusieron al final. Ya ves, para que luego digan que no nos manipulan con la información. Todo es relativo.  

 

La dieta para ser más feliz y productivo 2Las noticias, una detrás de otra, me fueron creando un estado emocional nada bueno, por decirlo de un modo suave: entre preocupación, rabia, indignación y vergüenza (vergüenza de pensar qué pésima imagen estamos dando al mundo, que dan ganas de emigrar).

 

Y algo de lo que no me di cuenta hasta pasados unos días: me generaron adicción.

Como quien ve una telenovela y se engancha, tenía curiosidad por saber cómo terminaría todo eso que había visto y escuchado. ¿Votaremos? ¿Podrán vaciar de agua el túnel? ¿Sobrevivirá la mujer contagiada? Así que los días siguientes estuve pendiente de ver de nuevo las noticias. Y cada vez me sentía peor.

No me ayuda en nada para mi vida y la de la gente que me importa. Así que he cortado el hilo de la información otra vez.  

Soy consciente de que muchas personas no estarán de acuerdo con mi actitud y con mi opinión. Pero, ¿qué puedo hacer yo en relación con todos estos temas? Nada.

Ver estas noticias sólo me hace sentir mal, preocuparme, enfadarme y desviar la atención de mi vida y de mi trabajo. Así es como lo veo yo y actúo en consecuencia.  

 

La dieta hipoinformativa

Esto es lo que Tim Ferriss llama «La dieta hipoinformativa: cultivar la ignorancia selectiva» en su bestseller La semana laboral de 4 horas, que leí hace unos años y que recomiendo encarecidamente a todo emprendedor.

“Ser un ignorante selectivo te da algo distinto que preguntar al resto de la población en lugar de hablar del tiempo: ‘Dime, ¿qué hay de nuevo en el mundo?’. Y si pasa algo importantísimo oirás a los demás hablar de ello.”  

– Timothy Ferriss

 

También Stephen Covey explica algo parecido en su libro de referencia Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, otro bestseller clásico.

En el capítulo dedicado al primer hábito, la proactividad, Covey habla del círculo de influencia y el círculo de preocupación.

El círculo de preocupación es un círculo muy grande donde están todas las cosas que ocupan nuestra mente por algún motivo u otro. El círculo de influencia es un círculo más pequeño que está dentro del de preocupación. En este círculo están las cosas que nos preocupan y sobre las cuales podemos hacer algo, es decir, sobre las cuales tenemos alguna influencia.  

Las personas proactivas centran todo su tiempo, esfuerzo y energía sólo en los asuntos que están en su centro de influencia.

Centrarnos en los problemas que están fuera del círculo de influencia sólo nos hace sentirnos impotentes, nos mina la autoestima y nos quita tiempo y energía que podríamos dedicar a lo que sí podemos resolver.

En cambio, centrarnos en lo que sí podemos hacer nos hace sentirnos más poderosos y conseguir lo que nosotros queremos para nuestra vida y para el mundo. Y como consecuencia, cuanto más trabajamos en nuestro círculo de influencia, más grande se hace y más cosas podemos cambiar.

Lo difícil, a veces, es saber distinguir qué está en nuestras manos y qué no. Pero cuando lo sabes, la decisión es fácil, si quieres.

 

Deja de preocuparte y ocúpate

Stephen Covey incluso cita la oración de Alcohólicos Anónimos que se refiere precisamente a esto: 

 

Señor, dame valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, serenidad para aceptar las que no puedo cambiar, y sabiduría para establecer la diferencia.

 

“Siempre que pensemos que el problema está afuera, este pensamiento es el problema. Otorgamos a lo que está fuera el poder de controlarnos. El paradigma del cambio es entonces de afuera hacia adentro: lo que está fuera tiene que cambiar antes que cambiemos nosotros. El enfoque proactivo consiste en cambiar de adentro hacia afuera: ser distinto, y de esta manera provocar un cambio positivo en lo que está afuera.”  

Stephen Covey

 

Pues ahora he decidido, y esta vez aún más conscientemente, que no quiero ver las noticias.

Y te invito a que lo pruebes como mínimo durante una semana. Serás más feliz y productivo. Tu mente sólo se ocupará de asuntos que puedes resolver.

Verás que no es tan duro y en unos días no lo echarás en falta. ¿O acaso cuando te vas de viaje a algún país lejano y pierdes el contacto con la actualidad informativa de tu país lo pasas mal?

Yo prefiero no saber según qué cosas. Al fin y al cabo, si hay algo realmente importante me acabo enterando igual. Me refiero a algo en lo que yo pueda o deba hacer algo. No vivo en una cueva en medio de la montaña.

Si al final el 9 de noviembre puedo ir a votar, ya me enteraré.

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