¿Te dedicas a las terapias energéticas o a las terapias alternativas y a veces tienes la sensación que, cuando le cuentas a la gente lo que haces, se cierran en banda o dejan de escucharte o les causa rechazo?
Hoy quiero hablarte de cómo vender terapias energéticas o terapias alternativas o en la línea de Un Curso de Milagros.
Si te dedicas a las terapias energéticas seguro que tu nivel de conciencia es superior al de la mayoría de gente “de la calle”. Además estás acostumbrado a tratar estos temas, hablas de ello con otros compañeros de profesión, lees sobre esto… Para ti ya es algo usual.
Pero cuando quieres hablar de ello con una persona que no tiene ni idea, cuando te encuentras con una persona a la que le iría bien conocer eso que tú sabes, puede ser que le hables con el mismo lenguaje, el mismo ímpetu y las mismas ideas que utilizas con otros compañeros que hacen cosas parecidas y que lees en los libros.
Y claro, para esta persona que no sabe nada de esto, le parece demasiado, casi brujería, tonterías, o lo que los americanos llaman “woo woo”. Y la persona piensa: “¿Dónde vas? ¿Qué me estás contando?”.
Entonces la persona se cierra en banda, piensa poco menos que estás loco, dejará de hablar contigo o querrá cambiar de tema.
Es normal porque todas estas cosas no forman parte de su realidad y no es consciente de ellas.
¿Cómo te recomiendo que lo hagas para hacer llegar el mensaje a todas estas personas que quieres ayudar?
¿Cómo puedes transmitir este mensaje a personas que no han oído hablar nunca de esto pero tú ves que les podría ayudar?
Dale al play y te lo cuento en el vídeo.
La manera de llegarles es empezando a hablarles en su mismo nivel de conciencia, de cosas cotidianas que les están pasando.
Quizás le puedes contar algún ejemplo de algún cliente que hayas tenido o de algo que conozcas y puedes irle introduciendo el tema poco a poco y hablarle de lo que es la realidad, las energías, etc.
No pretendas que una persona que no sabe nada sobre este tema, por mucho que creas que la podrías ayudar, acepte esto de buenas a primeras.
Por eso es importantísimo que empieces hablándole en su mismo nivel, con su mismo vocabulario, que le hables de cosas que conoce, de cosas que le están sucediendo en su día a día.
Y a partir de los ejemplos puedes ir elevando el nivel y empezarle a hablar sobre las energías o de cosas que sean más “woo woo”.
Sobre todo no intentes forzar y no te enfades cuando una persona rechaza esas ideas.
Las rechaza porque el mensaje no le está llegando.
Piensa que si el mensaje no llega la mayor parte de la responsabilidad es tuya. La mayor parte de la responsabilidad de que el mensaje llegue al receptor es del emisor.
Si a la persona que te está escuchando no le está llegando el mensaje o no lo quiere escuchar, está en tu mano cambiar cómo te estás comunicando, cómo estás transmitiendo ese mensaje.
Empieza hablando en su idioma, con lo que esa persona conoce, con lo que es su realidad, y poco a poco puedes ir introduciendo esta nueva visión.
Cada vez más personas se interesan por estos temas y, obviamente, cuanto más sepa la persona, mayor nivel puedes utilizar en tus explicaciones, más cosas le puedes contar.
Por eso debes observar y escuchar a la persona antes y ver cuál es su nivel de conciencia, qué cosas sabe sobre estos temas. Y a partir de ahí es cuando puedes empezar a comunicar tu mensaje adaptándote a la realidad de esa persona.
Por eso es muy importante, antes de empezar a hablar, escuchar a la persona que tienes enfrente. Cuanto más conozcas a la otra persona, más fácil te será adaptar el mensaje para que le llegue.
Es clave que transmitas el mensaje con palabras y con ejemplos que están en la realidad de esa persona para que te escuche y acepte esto tan nuevo que le quieres contar y que seguramente le puede ayudar.
Si no lo explicas de forma que lo entienda no le va a llegar el mensaje. Se bloqueará y no te querrá escuchar.
Espero que te hayan ayudado estas ideas. Precisamente con mis clientes privados que hacen este tipo de terapias dedicamos bastante tiempo a hacer este ejercicio de traducción, de lenguaje más “esotérico” a lenguaje de la calle y ponerlo todo sobre la tierra.