Hace unas semanas fui al teatro a ver el espectáculo de Antonio Díaz (@AntonioDiazBcn), “La Gran Ilusión”. La verdad es que no le conocía antes de verle. Ya te he comentado en otras ocasiones que no veo la tele. Como no tenía ninguna expectativa creada me impresionó mucho y me encantó. Después he visto vídeos de lo que hace en televisión y es una pasada. Es como el David Copperfield español. Aunque ya sabes que todo es una ilusión (que hay truco, vamos), te hace creer en la magia.
Y bueno, como buena emprendedora no desconecto nunca de mi visión de negocio. De lo que te quiero hablar hoy es de algo que sucedió al terminar el espectáculo. Un detalle inocente y sin importancia, como todo en el ilusionismo, que parece hecho sin querer, pero que está muy meditado y es una gran estrategia de marketing viral.
Al final del show el Mago Pop nos tenía a todos con la emoción por las nubes y deseando más. Después de recibir la ovación del público y dejar el escenario, nos pusieron un vídeo (que venía al hilo del espectáculo) donde nos comunicaban que Antonio Díaz estaría a la salida del teatro para saludar personalmente a todas las personas que quisieran. Y piensas: ¡Qué majo!
Al salir de la sala se formó una cola que ni te cuento. El Mago Pop saludó a todas y cada una de las personas que se le acercaron. Pero, aparte decirle que te ha gustado mucho y felicitarle, ¿qué le vas a decir?
Y aquí viene lo bueno: Hace bastantes años, la excusa para prolongar un poco más ese encuentro fugaz con un famoso era pedirle un autógrafo y que te firmara donde fuera: en una servilleta, en un billete de metro o en tu propia epidermis si no tenías nada a mano. Daba igual, la cuestión era alargar el momento.
Pero amigo, ¡ahora tenemos smartphones! Y qué mejor que contarle a tus amiguetes que has estado con el Mago Pop y mostrales la prueba irrefutable: un selfie, la última moda en las redes sociales.
Entonces todo hijo de vecino que hace cola se pone a hacerse fotos con el Mago Pop y, cómo no, después las envían por Whatsapp, las comparten en Facebook, Twitter e Instagram y gritan a los cuatro vientos que han flipado con el espectáculo. ¿Y qué hay más viral que las redes sociales?
¡Genial! El mejor truco del espectáculo cuando ya había terminado el espectáculo.
Así que lo que parece un acto de amabilidad por su parte, para agradecerte que hayas venido a verle, es en realidad una oportunidad para que le traigas a más espectadores. Que seguro que agradecido lo está, pero lo que él gana es aún más. Y oye, que me parece estupendo. Descubrir el truco no hace que sea menos bueno. Te quita la ilusión, eso sí, pero te llena de admiración.
Por si no le conoces aún, aquí te pongo una de sus apariciones televisivas.
Ese día aprendí dos lecciones del Mago Pop:
1
Nunca dejes de promocionarte. Siempre puedes ser más conocido y vender más. Aunque Antonio Díaz llene teatros, triunfe en televisión y haya ilusionado a personajes tan notables como Eduard Punset o Stephen Hawking, no deja de hacer acciones de marketing. Eso sí, sin dejar de ser auténtico y humilde.
2
No hay estrategia de marketing que funcione mejor que la recomendación directa de un amigo y el “yo también quiero”.
¿Y cómo puedes adaptar esta estrategia a tu negocio?
¿Das cursos o conferencias? ¿Por qué no hacerte fotos con cada uno de los participantes por separado?
Ahora bien, para que la gente quiera hacerse fotos contigo, y luego las comparta y lo cuente a sus amigos, tienes que ser realmente bueno y emocionarles, sobretodo emocionarles. La emoción es lo que hace que la gente actúe. Pero eso es tema para otro día.