Cómo usar un mapa mental para crear contenido

Este artículo es una colaboración de Cristina López.

¿Quieres ser más productivo y eficiente?

¿Se te acaban las ideas para escribir o innovar tus productos o servicios?

¿Te gustaría crear servicios pero no sabes cómo organizarlo ni por dónde empezar?

¿Te faltan horas al día para terminar todo lo que tienes pendiente?

No te preocupes, no eres el único. Tanto si eres emprendedor como si no, sabrás lo importante que es gestionarte bien el tiempo. Es algo de lo que se quejan la mayoría de profesionales y sabes que lo tenemos limitado. El día sólo tiene 24 horas, aunque a veces nos iría bien que tuviera 50.

Quiero hablarte de una herramienta que puede simplificar mucho tu vida y te puede ahorrar tiempo a la vez que te ayuda a organizar conceptos para no dejarte nada. Puede que la conozcas, pero… ¿la usas?

 

¿Qué es un mapa mental?

Un mapa mental es una herramienta que te permite organizar y clarificar información para facilitarte la tarea de generar contenido, hacer una ponencia, un curso, un artículo, cualquier actividad que requiera generar información (incluso para organizar un evento, una fiesta en casa o un viaje en tu vida personal…).

Se trata de estructurar la información de manera que desarrolles conceptos e ideas alrededor de una idea principal que quieras trabajar. Como por ejemplo este post que estás leyendo. El hecho de que puedas ir desencadenando la información a modo de racimos de uva, significa que es más difícil que te dejes cosas importantes y que además te permite recoger de un vistazo todo lo que quieres decir y lo que quieres transmitir. Cada idea se despliega en muchas otras de rango inferior y así sucesivamente hasta que tú decidas que ya has incluido lo importante.

 

 

Olvídate de las listas, esas que vas tachando, que pasas de un día a otro, que se hacen interminables y que hacen que te desmoralices cuando te das cuenta de todo lo que te queda por terminar.

¿Qué beneficios me puede aportar?

Clarifican conceptos. Es una manera de ver toda la información de forma clara y sencilla, a cada concepto le corresponden unos puntos que queremos desplegar y a cada punto otros tantos, con lo cual tenemos una clara imagen de lo que queremos trabajar. Eso nos da una mayor sensación de control sobre lo que tenemos que desarrollar y cierta tranquilidad.

Estructuran ideas. No hay nada mejor para tener todas las ideas clasificadas y que te permita siempre ir corrigiendo, retocando o rehaciendo el orden o su vinculación. De este modo puedes tener siempre una versión más completa de la información. Por ejemplo, si hago un artículo o una conferencia y luego me piden que haga lo mismo pero con más tiempo o más largo, siempre puedo ir corrigiendo, cambiando o añadiendo lo que considere relevante.

Conectar ideas. Tenemos infinidad de ideas en la cabeza y no siempre es fácil organizarlas y priorizar. Es la manera de relacionar unas con otras porque lo hacemos de una forma activa, y no como las listas que son más estáticas, porque si no, tendríamos que ir poniendo flechitas arriba y abajo para saber qué está relacionado con qué. Además aumentan nuestra creatividad para generar nuevas ideas.

¿Por qué nos ayudan a conectar ideas?

Porque nuestra capacidad de concentración y de claridad aumenta al ver todos los conceptos agrupados y relacionados entre sí, para priorizar cada uno de ellos. Asociamos ideas y conceptos con miles de conexiones, su forma, su color, qué representa para nosotros, qué implica, consecuencias, etc. Ya sabes que nuestro cerebro tiene dos hemisferios, así que un mapa mental o conceptual (mis hijas lo llaman así en el colegio) nos ayuda a conectar ambos. Así la lógica y las palabras se unen a la imaginación y la creatividad.

Mejora la retención de información. Al tener toda la información conectada entre sí, y poder tener una “foto” a nivel visual, con imágenes y colores, nos ayuda a retener la información de manera más clara y duradera, pues en un solo vistazo, podemos recordar todos los puntos a tratar.

 Éstas son unas cuantas situaciones en las que te pueden ir bien:

 

• Para recordar los puntos importantes en una presentación.
• Para crear contenido para tus artículos.
• Para compartir los puntos relevantes de un proyecto en el que colabores con otros.
• Para crear un curso o taller y organizar cómo hacerlo, qué decir y qué facilitar.
• Para no dejarte nada.
• Para generar buenas ideas.
• Para multiplicar las publicaciones, desarrollando cada punto y subpunto por separado.
• Para recordar qué decir al grabar un vídeo.
• Para crear una estrategia y saber todos los pasos que hacer.
• Para buscar alternativas a un problema que necesitemos resolver.
• Para desarrollar nuestra imaginación para encontrar lo que nos diferencia.

 

¿Como lo hago?

Para empezar a realizar tu mapa mental necesitas básicamente papel y lápiz (lápices de colores, mucho mejor). También puedes utilizar diferentes herramientas on line que puedes encontrar en internet, aunque yo suelo escribirlo a mano, al menos el primer esbozo, y me ayuda a centrarme más en lo que quiero hablar y cómo lo quiero estructurar.

El mapa se basa en una idea central (de la que queremos hablar) con una serie de conceptos a su alrededor que queremos desarrollar. Así pues escribiremos en el centro de la hoja el concepto principal y colocaremos tantas ideas a su alrededor como queramos enlazar (sólo ideas clave). También podemos utilizar imágenes que representen las ideas a desarrollar, eso dependerá de lo visuales que seamos.

Para poder relacionar todas las ideas necesitaremos previamente haber realizado una tormenta de ideas como se suele decir, o sea, escribir todo lo que se nos ocurra relacionado con la idea principal. De este modo podremos elegir las más relevantes a tratar con ese tema. Utilizaremos la dirección de la agujas del reloj para priorizar las ideas más importantes, y seguiremos hasta terminar todas las que creamos importantes. Relacionaremos la principal con las de alrededor, que habremos enmarcado previamente para seguir desarrollando más adelante. El proceso seguirá para cada uno de los conceptos enmarcados y haremos el mismo proceso, así quedará todo relacionado a modo de ramas de un árbol. Puedes hacerlo todo lo grande que desees en función del proyecto que tengas que desarrollar y puedes utilizar lápices de colores para diferenciar cada idea y que te sea más fácil identificarlas a simple vista.

 

¿Cómo puedes mejorarlos?

Ya te he contado cómo funcionan, es muy sencillo. El problema es que no invertimos tiempo muchas veces en ordenar nuestras ideas y priorizar conceptos porque creemos que no disponemos de ese tiempo, cuando en realidad, por no hacerlo tardamos mucho más y somos menos eficientes simplemente haciendo listas y escribiendo linealmente.

Vamos a ver cómo podemos mejorarlo:

 

• Como te he comentado antes, los colores te ayudan a sintetizar las ideas mucho más rápido a nivel visual y a detectar si falta algo importante. Además diferenciarás conceptos mucho más rápido.
• Para los conceptos utiliza palabras sencillas y cortas que resuman muy bien a qué te refieres sin necesidad de dar una explicación muy detallada.
• Deja espacio entre ellas para que puedas desarrollar con facilidad los conceptos relacionados con cada idea y que quede “entendible”.
• Si utilizas imágenes, asegúrate de que representan exactamente el concepto que quieres, si no, podrían distorsionar la relación entre las demás ideas.
• Interrelaciona también conceptos de diferentes ramas, porque seguramente muchos están relacionados entre sí, de manera que crearás una red de ideas.

 

¿Qué relación tienen con la productividad?

Ya debes saber que sólo utilizamos una mínima parte de nuestro potencial cerebral. Los mapas mentales te permiten aumentar esa capacidad. Almacenar de ese modo la información multiplica nuestra capacidad de ser creativos y de producir de un modo más efectivo y eficaz. Más rápido, sin dejarnos nada y con los conceptos claros ¿a que le vas pillando la utilidad?

Nuestro cerebro procesa mucho mejor la información organizada de ese modo. Por tanto, y aunque no seamos conscientes, somos capaces de memorizar mejor lo que vemos y adjudicar a cada idea las propiedades que le corresponden.

Para mejorar la productividad de tu tiempo, lo bueno es que puedes tener una visión global, la perspectiva de la relación entre los diferentes conceptos o la detallada de cada uno de ellos. Así también puedes elegir cada subconcepto y desarrollarlo como si fuera otro post, otra ponencia u otro contenido más específico, depende de lo que te interese.

A simple vista puede parecerte que no te va a ahorrar mucho tiempo, pero te aseguro que es una herramienta de trabajo que, cuando lo integras, se convierte en un hábito, no puedes prescindir. Las compañías los usan para analizar problemas, resumir reuniones, para hacer seguimientos de campañas o para organizar la estrategia que necesitan para conseguir sus objetivos.

La mayoría de las herramientas online para hacer mapas mentales son gratuitas y muy sencillas de manejar. La foto que ilustra este artículo está hecha con Text 2 Mind Map, pero puedes encontrar varias. Te animo a que las pruebes y me cuentes cómo te ha ido, ¿Qué te parece, lo ves útil para tu negocio?

 

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Cristina López trabaja con mujeres emprendedoras y empresarias que se sienten bloqueadas y no saben qué paso dar para ayudarlas a impulsar sus negocios, con estrategias de Coaching y Marketing, para que consigan resultados reales y puedan vivir el estilo de vida que desean. Puedes descargarte su ebook “Descubre cómo superar los obstáculos que te impiden disfrutar de un negocio próspero, con más clientes y más ingresos” en: www.mentemprendedora.com/newsletter-ebook/