Cuando un cliente acude a ti es porque siente un dolor (físico, emocional o mental) que no puede soportar más y decide buscar ayuda. Tiene un problemón del que no sabe cómo salir por sí solo. Y no quiere seguir su vida de esa forma.
Tú puedes ayudarle a superarlo de una vez por todas. Así que empezáis a trabajar y ves que avanza y que está contento. Pero al cabo de un tiempo pierde el entusiasmo y al final deja de venir.
Déjame adivinar. Tu sueño al trabajar con tus clientes es que hagan cambios profundos y duraderos en sus vidas, ¿verdad? Quieres ayudarles a cambiar hábitos emocionales, de pensamiento, de comunicación o de salud.
Y seguramente eso no se consigue en dos días. Instaurar nuevos hábitos lleva tiempo. Hay que trabajar en profundidad los bloqueos, desterrar los hábitos que no le convienen, aprender los nuevos y afianzarlos. Es decir, necesitas trabajar con tus clientes durante varios meses.
Pero si desaparecen no puedes hacerlo.
Es frustrante, lo sé. Yo soy coach y también me pasaba.
¿Y por qué sucede esto?
Es sencillo, pero no obvio. Ahora te lo cuento.
¿Quieres trabajar con emergencias o con clientes comprometidos?
En las primeras sesiones el cliente estaba motivado e ilusionado de encontrar por fin una solución. Avanzasteis mucho e hizo cambios importantes.
Es como si hubiera acudido a urgencias y le aliviaran el dolor.
Pero después se trata de mantener y afianzar. Es como cuidarse y dejar que el cuerpo se cure desde dentro. No es tan espectacular. Y muchas veces el cliente piensa que puede hacerlo por su cuenta, con lo que ha aprendido y, si retrocede o le surge alguna dificultad, ya te llamará.
Pero tú y yo sabemos que eso no suele suceder.
A veces incluso te encuentras con algún cliente que está igual o peor que cuando le dejaste de ver. O te dice que está probando otro método.
O sea, que no lo solucionó del todo contigo porque no terminó el proceso.
Si tú quieres ayudarle de verdad a transformar su vida, necesitas que el cliente se comprometa a quedarse por un tiempo. No puedes trabajar siempre de urgencias. Notará un alivio, pero no logrará un cambio profundo.
Así que te invito a replantearte cómo ofreces tus servicios. Vender sesiones sueltas es como atender urgencias.
Con programas de varios meses, estructurados con una serie de pasos, tus clientes lograrán ese cambio de hábitos que realmente transformará su vida.
Y tú sabrás cuántas sesiones tendrás el mes que viene, tendrás estabilidad económica y podrás vivir en exclusiva de tu pasión.
Es mejor para el cliente y también para ti.
Te cuento cómo hacer este cambio en mi guía gratuita “Cómo crear hoy mismo tus programas de Coaching, Terapia o Nutrición en 5 pasos”.
Ahora cuéntame, ¿te ha pasado eso de que vengan para emergencias y se esfumen al cabo de un tiempo?
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