Henry Ford nos da una lección

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Ford logoHoy quiero compartir una anécdota sobre Henry Ford citada en el libro Piense y hágase rico de Napoleon Hill. Aquí tenemos un claro ejemplo de qué significa que las personas de éxito piensan de forma distinta a las que fracasan. Podemos ver claramente el enfoque tan diferente que tienen las personas que triunfan en los negocios a las que sólo aspiran a encontrar un buen empleo.

 

La conclusión final de estas líneas supone un paradigma distinto al que están acostumbradas la mayoría de personas. Un paradigma que todo emprendedor debería instalar en su mente.

«Muchas personas cometen el error de suponer que, porque Henry Ford tenía pocos «estudios», no era un hombre «educado». Esa palabra deriva de la palabra latina educo, que significa sacar, extraer, adquirir de dentro.

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He caminado sobre las brasas

He caminado sobre las brasas

¡Tres veces!

El pasado sábado 12 de noviembre asistí al seminario de firewalking impartido por el coach Ferran Camps (@ferrancamps76) y su equipo.

Quiero contarte cómo fue mi experiencia. Para cada persona que estuvo allí seguramente fue diferente. Según el momento en que estés y cómo tú estés, la vivencia y el aprendizaje van a ser distintos. Aprendes lo que necesitas aprender en ese momento. El aprendizaje llega cuando estás preparado para recibirlo, yo casi diría, cuando estás esperándolo. Como dice el proverbio:

 

El maestro llega cuando el alumno está preparado

 

El firewalk es una técnica muy potente. Las brasas son una metáfora de los obstáculos y limitaciones, externos o internos, reales o mentales. La forma como te enfrentas al reto de las brasas es la forma con la que te enfrentas a los retos de tu vida. Y lo que aprendas realizando esta técnica podrás aplicarlo también luego en otros ámbitos de tu vida. Porque, como dice T. Harv Eker,

 

De la misma forma que haces una cosa, lo haces todo

 

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Emprender, ¿por dónde empiezo?

Emprender, ¿por dónde empiezo

APRENDER Y APRENDER

Una vez que has decidido poner en marcha tu idea de negocio, seguramente te encontrarás con muchos aspectos de los que no tienes ni idea. Tendrás que informarte, leer, preguntar, estudiar y practicar.

Un buen emprendedor tiene que estar siempre dispuesto a aprender. Sé autodidacta o asiste a cursos. Sigue formándote en tu especialidad y temas complementarios. Incluso en temas que no tengan nada que ver. Te servirá para tener una visión más amplia del mundo y para ser más creativo. Sólo con que obtengas un aprendizaje de cada libro, charla o curso ya habrá valido la pena. Quizás no te haya gustado nada, pues llévate la idea de cómo no hacer algo para no caer en el mismo error.

Tendrás la oportunidad de aprender sobre gestión de empresas, contabilidad, diseño web, posicionamiento en buscadores, redacción de artículos, fotografía, edición de vídeo, composición musical, preparación de anuncios, diseño y maquetación de folletos y un sinfín de servicios que puedes necesitar para organizar y dar a conocer tu negocio. Hoy en día con las nuevas tecnologías, todo esto está al alcance de cualquiera. Puede ser muy divertido aprender algo nuevo y totalmente distinto a tu profesión. Sin embargo, si algo no te apetece hacerlo, subcontrátalo. No pierdas el tiempo haciendo algo que te cuesta y que no te gusta hacer.

 

THINK BIG, START SMALL

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¿Eres proactivo o reactivo?

Eres proactivo o reactivo

Dicen que en este mundo hay dos tipos de personas, las que hacen que las cosas pasen y las que esperan que las cosas pasen. Los proactivos son los primeros. Y si quieres emprender y tener tu propio negocio debes serlo.

La proactividad es la combinación de tener iniciativa y responsabilidad personal.

Por un lado, la iniciativa de querer que pasen cosas y hacer que pasen, en lugar de hacer sólo lo que te piden. La responsabilidad personal es el hecho de hacerse responsable de los resultados que se obtienen en la vida.

Para cada uno de nosotros la realidad no es lo que nos pasa sino cómo lo interpretamos. Las personas proactivas interpretan un mismo hecho de manera diferente a las personas reactivas.

 

En un día de lluvia, una persona reactiva dirá que se moja porque llueve y una persona proactiva dirá que se moja porque se ha olvidado el paraguas. Ambas personas tienen razón, ninguna de ellas miente. Simplemente cambia su foco de atención. El foco de la persona reactiva está afuera, mientras que el de la persona proactiva está en su interior.

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